martes, 6 de enero de 2015

La familia caníbal de Sawney Beane





La historia tiene lugar a principios del siglo quince, en el reinado de Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia. En el condado de East Lothian, a unos trece kilómetros al este de Edimburgo. Donde un  joven llamado Sawney Beane, de carácter problemático, vago y reacio a acatar normas. Decide abandonar la casa de sus padres,  convenciendo a su novia, Agnes Douglas a irse con él. Agnes Douglas no se le quedaba atrás además de ser una chica problemática, se la acusaba de bruja. La pareja perfecta para Sawney beane. Deciden irse a un lugar despoblado de la región, donde se les pierde la vista.  Al final se asentaron en una cueva del litoral, en el condado de Galloway. La cueva tenía una grieta pequeña como entrada, lo cual hacia que en la cueva no entrara prácticamente nada de luz, e incluso se llegaba a inundar doscientos metros.  Aunque  rápidamente se acedia a otra cueva más grande que enlazaba con una red de cuevas.



La pareja se instaló en esta cueva que pasaba totalmente desapercibida, estando más de un cuarto de siglo, viviendo como auténticos animales, y formando una familia de caníbales, llegando a ser un clan de tercera generación, fruto de incestos y en la cual su dieta estaba basada prácticamente en carne humana, matando a más de mil personas en este tiempo.




 La desaparición de tantas personas en la zona, y los encuentros de restos humanos en las costas escocesas llegaron a un punto, en el que empiezan a preocupar a las autoridades escocesas, las cuales deciden  investigar la zona y las desapariciones. Hacen varias redadas por la zona pero no encuentran nada, aunque tienen claro que son asesinatos, porque aunque a simple vista los las heridas parecen echas por animales, se encuentran marcas de cortes de espadas y de cuchillos, pero utilizados de manera poco ortodoxa. Los principales acusados fueron algunos posaderos de las zonas colindantes, y más de uno acabo en la horca, ya que las victimas habían sido vistas por última vez en su posada. Lo cual hizo ascender las victimas involucradas en esta historia, y empezando a ser un problema bastante gordo.



Las desapariciones y asesinatos se seguían sucediendo, pero cada vez era más alarmante ya que desaparecían grupos de cuatro o seis personas. El clan de Sawney Bean cazaba como una autentica manda de lobos, se dividían y organizaban con el propósito de que nadie saliera vivo del ataque. Conforme fue trascurriendo el tiempo aumento el número de ataques ascendía notablemente ya que necesitaban alimentar a más miembros, también fuero mejorando su armamento conforme iban atacando y saqueando. Hasta que en el año 1435 un hombre y su esposa, montados en el mismo caballo, regresaban al atardecer a su hogar, después de haber visitado una feria en la zona. Cayeron en la emboscada de este clan, que se lanzaron furiosamente sobre ellos. El hombre se defendió como pudo, y en plena pelea el grupo de mujeres del clan se hizo con la mujer, la cual tiraron al suelo y mordieron directamente en el cuello para matarla y chupar su sangre, después le abrieron el vientre y le sacaron las entrañas. Empezaron a devorarla en ese mismo instante. En plena carnicería el clan se despisto, y este hombre consiguió salir huyendo, sabedor de que si caía en manos de este clan, correría la misma suerte.



La suerte quiso que mientras intentaba escapar desesperadamente, un grupo de feriantes de unos  treinta hombres, que había estado en la misma feria, y que habían escuchado los gritos, decidieron acercarse. Fueron en ayuda de este hombre, a lo que el clan  Sawney Bean decido retirarse  cruzando un tupido bosque, y regresando a su cueva.
El hombre, que era el primero que salía con vida de una emboscada del clan de Sawney Beane, contó a los feriantes lo que había sucedido y les mostró el cadáver de su esposa. Todos quedaron estupefactos y horrorizados ante su relato.  Este caso fue puesto en conocimiento de los magistrados de la ciudad, los cuales informaron inmediatamente al rey Jacobo I. El cual manda a un ejército de 400 hombres que se presentan en la zona a los seis días. 


Rey Jacobo I de Inglaterra


El ejército real llevó con si un escuadrón de perros para encontrar el rastro, y  al pasar cerca de la cueva donde estaba asentado el clan Sawney Bean, los perros empieza a ponerse nerviosos ladrando e indicando hacia la grieta de la cueva. El ejército ingles duda en un principio si entrar a la cueva, ya que es imposible que alguien viva en una cueva como esa, y como no ven restos de un asentamiento humano, pero no porque no lo hubiera, sino porque el clan no utilizaba nada que dejara restos, ni fuego, ni prácticamente ropa. Y además vivían a oscuras.  



Pero claro los perros cada vez están más nerviosos, así  que aun pensando que no tenía mucha lógica continuar en esa cueva, el rey nada que enciendan más antorchas para hacer una intrusión en la cueva. Lo que se encuentran es aterrador, restos de cadáveres,  piernas y brazos de hombres, mujeres y niños colgados a modo de ristra, dejando la carne secar. Siguen profundizando en la cueva donde encuentran y capturan al clan entero formado por 48 personas, las cuales lo forman el matrimonio Bean, 8 hijos, 6 hijas, 18 nietos y 14 nietas.


Fueron capturados y llevados  Edimburgo, donde ni siquiera son juzgados, ante el clamor popular, deciden para ellos una ejecución ejemplar, donde hicieron que las mujeres vieran como cortaban brazos y piernas de los hombres del clan y los dejaban morir desangrados. Y a ellas las quemaron  a todas vivas.



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