miércoles, 21 de enero de 2015

LA EPIDEMIA DEL BAILE DE 1518

Francia, año 1518, Francisco primero se sentaba en el trono del país galo y los ojos de las principales potencias europeas miraban hacia el Imperio Otomano, quién guiado por Selim I avanzaba, sin oposición, por el sureste de Europa. Aquel mismo año los reyes europeos construyeron una frágil alianza para detener los planes de invasión del emperador Selim y su ejército.
El año 1518 fue importante en muchos sentidos, siendo la alianza, anteriormente mencionada, el más relevante suceso europeo de la época pues aquellos acontecimientos serian los que formarían los nuevos sistemas de gobierno en Europa y por eco en el mundo. De todo esto fue Carlos I de España quien mejor parado quedó pues se alzó como la primera potencial mundial de la época al mando del Imperio Español. Quizás debido a estos sucesos, hechos como del que vamos a hablar a continuación hayan pasado con poca fortuna a lo largo de la historia aunque en su época fueron de una gran relevancia.


Durante el mes de julio de aquel año en Estrasburgo (Francia) una mujer llamada Frau Troffea salió a la calle y comenzó a bailar con un gran frenesí y (aunque los historiadores no se ponen del todo de acuerdo) bailó entre 4 y 6 días sin parar. La mujer que parecía poseída no podía dejar de bailar, de pronto un vecino se unió al baile, al final de la semana más de 30 personas bailaban como locos sin descanso alguno.

Pasó un mes y no solo las personas relacionadas con el acontecimiento no habían dejado de bailar si no que su número había aumentado hasta más de 400 personas que bailaban día y noche sin parar.


Documentos históricos, crónicas locales e informes de doctores describen como estas personas sufrían aversión por el color rojo y bailaban sin querer hacerlo incluso hasta la muerte. Se cuentan numerosos casos de ataques al corazón, derrames cerebrales o simplemente agotamiento. Las autoridades sanitarias persuadieron a la gente de que continuasen bailando para así expulsar el mal, al no tener la más mínima idea de lo que estaban atacando a esas personas. Habilitaron dos mercados, donde construyeron un escenario y contrataron músicos para que los danzarines siguiesen bailando. Otras personas fueron llevadas a capillas para buscar allí una cura.

La epidemia terminó tan súbitamente como empezó a principios de septiembre. Hasta la fecha no se sabe cuales fueron las causas de este extraño suceso. Algunos dicen que fue fruto de la ingesta del hongo del cornezuelo, la versión orgánica del LSD pero uno de sus síntomas es la obstrucción del flujo sanguíneo que dificulta el movimiento a las extremidades.También se dicen que pertenecían a un culto herético. Pero se desechó esta teoría ya que sus contemporáneos afirmaban que las personas que bailaban expresaban su miseria y que no querían seguir bailando.


Sin embargo la teoría más aceptada es la del historiador John Waller. Debido a las guerras y las crisis fue una época de hambruna y enfermedades. Según él esto habría causado una psicósis masiva que incitó a todas esas personas a comportarse de esa manera. No obstante esta hipótesis no explica por que personas que no querían bailar fuesen arrastradas en contra de su voluntad hasta la extenuación o la muerte.

Aunque la epidemia del baile de 1518 es la más conocida y la más documentada se sabe que antes de 1518 se produjeron 10 sucesos de la misma naturaleza, uno de ellos en 1374, en los pueblos que hoy forman Bélgica, Luxemburgo y el noroeste de Francia.

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