lunes, 6 de abril de 2015

EL HOMBRE CON DOS CARAS EDWARD MORDRAKE

Edward Mordrake nació a mediados del siglo XIX, fue el hijo de la condesa de Darlington y de Sir William Pitt Mordrake, (la terrateniente del sur del condado de Portsmouth, en el Reino Unido). Su familia era una de las más ricas de la región y estaban muy ilusionados con el nacimiento de su hijo ya que era el primer varón y sería él quién continuase con el legado familiar, la familia ya había engendrado a dos hijas. La sorpresa fue mayúscula cuando el bebé nació, en su cabeza había dos rostros; uno en la parte frontal del cráneo y otro en su nuca. Fue así como apareció en el mundo uno de los casos más raros de la medicina de aquel siglo y se empezó a formar una extraña leyenda sobre Edward Mordrake, el hombre con dos caras.


Los médicos estaban consternados, el bebé tenía en su nuca una cara de menor tamaño y rasgos diferentes al rostro de Mordrake. Pasados los años el rostro comenzó a tomar forma y a desarrollar rostro propio. Según las crónicas de la época este segundo rostro podía reír y llorar e incluso seguía con la mirada a las personas y movía los labios de forma que parecía que estaba hablando pero no emitía ningún sonido.


Repudiado por su familia y personas cercanas Edward decidió recluirse en su habitación sin permitir que nadie pudiese verle. El tiempo que pasó en aquella habitación consiguió que Edward se apoyase en la cultura, los libros y la música fueron su fuente de evasión.


Aunque a simple vista Edward estaba solo en su habitación no lo estaba. Mondrake afirmaba que su segunda cara le susurraba por las noches y que no le permitía dormir. La cabeza no dormía nunca y se dirigía a él con un lenguaje salido del propio infierno. Solo él podía escuchar la voz del rostro. También se dice que la cara sonreía cuando Edward estaba triste o sentía dolor.


El sufrimiento de Edward era cada vez mayor y aseguraba que estaba cosido a un demonio. Desesperado busco la ayuda de los médicos, quienes no se atrevieron a intentar separar el segundo rostro de su cabeza. Cuando tuvo 23 años, aprovechando un descuido de las personas que se encontraban a su cargo, Edward consumió un veneno que pondría fin a su vida y su sufrimiento. Su última voluntad fue que los médicos le separasen del rostro demoníaco para que pudiese descansar en paz.




Esta es la leyenda de Edward Mordrake, quién vivió y murió en el siglo XIX. ¿Pero sucedió así? Varios detalles en la historia muestran que el tema ha sido mitificado hasta convertirse en leyenda. Las versiones de esta historia cambian dependiendo quién la cuente. Algunos dicen que la cabeza demoníaca no era de hombre si no de mujer y que este no se mató ingiriendo veneno si no de un disparo ejecutado contra el rostro de la mujer. La foto con la que el tema se hizo popular en internet no es más que una fotografía realizada a una escultura de cera de las múltiples que hay por los museos de horrores y fue realizada en algún momento del siglo XX.


Médicos y científicos coinciden en que Edward sufría el mal congénito conocido como diprosopia o duplicación craneofacial. La cual consiste en la duplicación congénita del notocorda, una estructura embrionaria común en todos los vertebrados cuya doblez provoca la generación de dos crestas nerviosas que a su vez generan dos estructuras craneofaciales distintas. Según ellos pensar que Edward Mondrake estaba cosido a un demonio es un disparate.

¿Fue Mondrake víctima de una maldición?¿Su segundo rostro le atormentaba por las noches? La ciencia moderna hace tiempo que dió carpetazo a este tema pero su leyenda no hace más que prosperar.

0 comentarios:

Publicar un comentario