Durante el año 2010 científicos rusos encontraron en la región de Siberia el cuerpo de una cría de mamut lanudo de una tonelada de peso. El ejemplar llevaba 39.000 años en el hielo y se encontraba en perfecto estado de conservación y aún mantenía su pelaje y tejido muscular intactos.
El cuerpo del animal se encontró en una cueva junto a la costa del Óceano Glaciar Ártico, cerca del pueblo de Yukagir. Según informaron los científicos el mamut tenía unos diez años y pesaba entre los 200 y 250 kg y medía unos tres metros de largo.
El mamut fue llamado Yuka y es conocido como el "bebé mamut". Gracias a este descubrimiento se pudo tomar por primera vez muestras de sangre de un animal prehistórico. Científicos e investigadores han sugerido que gracias a estas muestras de ADN obtenidas del cadáver del animal se podría clonar en un futuro a esta especie extinguida.
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