En 1939 nacieron en Piqua, Ohio (E.E.U.U.), dos gemelos que
fueron separados al nacer, y dados en adopción a distintas familias. Fueron criados
por separado y ninguna sabía de la existencia de su hermano. Este caso fue descubierto por el Grupo de
Estudios de Gemelos de la Universidad de Minnesota. Mientras ejercían un
experimento sobre los gemelos, y todo lo que les rodea, mismas reacciones,
mismas fobias, incluso la telepatía entre los mismos. El encuentro tuvo lugar a
los 39 años, en la consulta del psicólogo estadounidense Thomas Bouchard Jr. en
el año 1979. Es bastante interesante mencionar que al verse, se reconocieron, intuyendo
un lazo familiar, lo que no sabían es que además de ser hermanos gemelos su
vidas habían seguido un paralelismo tal, que nos deja a día de hoy sin ninguna teoría
o ecuación que demuestre que esto es una situación posible.
La primera coincidencia era el nombre, los dos se llamaban
Jim, uno Jim Springer y el otro Jim Lewis, los dos eran morenos, los dos median
1,80m y pesaban lo mismo pesaban 82 kilos. Hasta aquí todo es relativamente
curioso pero ya está, pero lo realmente increíble
viene ahora.
Los dos se casaron con una mujer llamada Linda. Los dos se
divorciaron de su mujer llamada Linda. Ambos se volvieron a casar con mujeres
llamadas Betty. De los cuales en los dos caso al primogénito se le llamo James
Allan. Ambos se entrenaron para trabajar en la policía y trabajaron
parcialmente en organismos del cuerpo policial/legal de Estados Unidos, los dos
como ayudante del comisario. Ambos tenían como segundo trabajo y hobby, la carpintería.
Aunque todas estas coincidencias siguen, ya que ambos tuvieron perros llamados Toy, pasaban
las vacaciones familiares en St. Pete Beach, Florida. Además tenían rasgos de
comportamiento muy similares, la misma sonrisa torcida, notitas de amor para
sus esposas, bebían la misma marca de cerveza (Budweiser) y eran intensos fumadores de
cigarrillos, de la misma marca (Winston), Ambos se mordían las uñas y tenían
migrañas recurrentes (que ambos llamaban de la misma forma), ambos conducían el
mismo coche Chevrolet.
Los test de personalidad (que constan de cientos de
preguntas) que realizaron durante el estudio parecían que los hubiera hecho la
misma persona dos veces, según los expertos. Simplemente increíble e imposible,
aunque lo tenían enfrente de sus ojos.
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