Si algo nos enseña la historia al estudiarla es que a menudo la realidad supera a la ficción, que mucho héroes no son más que un montaje o la exageración de sus hazañas y que en muy numerosas ocasiones las personas que deben de velar por las personas más débiles o de guiar a sus camaradas no los usan más que como un medio para alcanzar sus fines. Este es el caso del ejercicio nuclear de Totskoye. El miedo es una fuerza que saca lo peor del hombre y puede que fuese el miedo lo que llevo a los oficiales de la Unión Soviética a pensar que sucedería si estallase una guerra entre ellos y los Estados Unidos, ¿Cuál sería el potencial destructivo de las bombas atómicas? ¿Cómo podría estar preparada la U.R.S.S para sobrevivir a una guerra de esas magnitudes? Quizás intentaron explicar algunas preguntas con este experimento.
El 14 de septiembre de 1954 el mariscal Georgy Zhukov se movilizó hasta la zona de Totskoye, Rusia, junto con 45.000 hombres con órdenes de realizar un simulacro nuclear en la zona. Los soldados deberían caminar por una zona donde se suponía iba a explotar una bomba atómica falsa o eso es lo que les contaron para que los pobres soldados realizasen el experimento, lo que no fueron capaces de entender es que la bomba era real y aquel simulacro no les llevaría más que a la muerte.
A las 09:33 am el 14 de septiembre 1954 se dejó caer una bomba nuclear de 40 kilotones sobre la zona de Totskoye, la bomba explotó a 350 metros de altura y se dio orden a los 45.000 soldados de avanzar hacia el rango de la explosión.
Como cabe esperar por lo ya mencionado anteriormente los soldados no estaban provistos con ningún tipo de medida defensiva contra la protección por lo que los que no murieron con los pulmones calcinados, asfixiados por vapores tóxicos, por sus órganos convertidos en polvo, lo harían momentos después debido a la radiación. Al terminar el ejercicio tropas que contemplaron la realización del ejercicio recogieron imágenes de la escena como prueba recogida de una zona después de ser atacada por una bomba atómica. Cuando los militares se marcharon los cadáveres de los soldados asesinados fueron abandonados en el mismo lugar donde cayeron, quizás por eso a día de hoy se sigue prohibiendo el paso a esta zona.
A los residentes de las aldeas seleccionadas que estaban situadas a unos 6 km del epicentro de la explosión se les ofreció evacuación temporal fuera del radio de 50 km. La mayor parte de la población local nunca fue advertida del tipo de ejercicio que se iba a realizar. El 14 de septiembre se considera en Rusia un día de la creación del escudo nuclear estatal.
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