Durante la madrugada del 25 de febrero de 1942 saltó la alarma en los puestos militares de California, Estados Unidos. Los radares habían detectado la presencia de un objeto desconocido a unos doscientos kilómetros al oeste de Los Ángeles. Minutos despues el objeto desapareció de las pantallas de los radares.
Los informes del incidente afirman que se avistaron "aviones enemigos" a lo largo de la costa de Los Ángeles a pesar de que el radar no podia localizarlos. Algo más tarde de las dos de la madrugada las aeronaves sin identificar alcanzaron la ciudad de Los Ángeles. Las alarmas sonaron y los soldados ocuparon sus puestos para rechazar al enemigo, cuando los reflectores apuntaron al cielo los soldados pudieron ver objetos metalizados que se movian en alturas entre los 3000 y 6000 metros, tambien afirmaban que los objetos se movian a una velocidad de unos 300 kilómetros por hora, velocidad sorprendentemente lenta para aviones militares. Durante cinco horas hubo un apagón que dejó sin luz a un millón de californianos y aunque el miedo era más que palpable en el ambiente ninguna bomba cayó sobre la ciudad.
Las cifras del número de naves desconocidas que invadió el espacio aéreo estadounidense durante esa madrugada varia entre 27, según ditintos testigos, y 15 según el informe oficial. Miles de testigos vieron luces rojas que se movian en zig-zag o "grandes bolsas que flotaban en el aire". Otros testigos afirmaron ver una gran nave contra la que nada podian hacer las las baterias de los soldados. La nave se marcho lentamente hasta desaparecer sin que nada interrumpiese su trayectoria.
La noticia fue publicada al dia siguiente en Los Ángeles Times con una foto de un objeto circular en el cielo que nada tenía que ver con un avión iluminado por las baterias de los soldados, lo que hizo que la confusión aumentase. El periódico denunciaba una "misteriosa reticiencia" de las autoridades militares para hablar del asunto y algunos les acusaron de haber establecido "una censura que impedía hablar sobre ello". No fue hasta 1974 que el ejército de los Estados Unidos. el documento, firmado por firmado por el comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas, el general George C. Marshall, y el entonces presidente, Franklin D. Roosevelt reconoce no saber el origen de los artefactos.
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